El peor exceso

Texto de Séneca

Quien siempre se protege del viento, cuyos pies están constantemente calientes y cuyas habitaciones permanecen aisladas del frio, peligrará al enfrentarse a la mínima brisa. Todos los excesos son malos, pero ninguno peor que el exceso de comodidad. Afecta al cerebro. Hace a los hombres perder la visión de la realidad y se vuelve nebulosa la separación entre lo verdadero y lo falso.